¡Hola! Soy Angie co-fundadora de YEMA y hoy quiero robarte ese par de minutitos de tu día, en lo que se calienta tu comida en el micro, te tomas un ‘break’ de la chamba o disfrutas de ese momentito en el sol, para compartirte un poco de la historia de YEMA y nuestra nueva forma de presentarnos al mundo y a nuestra querida comunidad. Escribo esto porque me acabo de enterar que ya somos 85 personas en YEMA y que la tradición cuenta que justo cuando se llega a 85 personas hay que compartir este tipo de cosas. 

Hoy, 6 de abril del 2022, es un día cualquiera. Como cualquier otro día, cuando desperté medio que abrí un ojo, luego el otro y andando a tientas llegué a mi cocina para moler mi café (Dalia en grano, comprado en YEMA, obvio). Con la taza llena le quité el modo avión a mi teléfono y dejé que llegaran las notificaciones acumuladas durante la noche. Abrí el único mail que llamó mi atención, era un mail de un aliado de YEMA mencionando algo como lo siguiente: “Tu contrato de 3 años está por terminar, aprovecha de esta promo para renovarlo”. Al tiro me transportó al día en el que la agencia de branding nos propuso nuestro nombre. 

Aquí empieza esta gran historia...

Aquí empieza esta gran historia...

Veníamos de tantas idas y vueltas sobre lo que queríamos ser, hacer, cumplir, alcanzar. Los que ya nos conocen, ya se la “you know”: entre René, Laurene y yo (co-fundadores de YEMA) podemos ser algo confusos cuando se trata de explicar eso. Es que queremos ser todo y que nadie nos diga que no podemos: sustentables y saludables pero disfrutables, responsables pero divertidos, de calidad pero baratos, naturales pero citadinos y que no se nos olvide lo ‘techie’, lo rápidos, lo amigables, lo atentos y cuidadosos y que aunque somos detallistas, nadie nos quita lo eficientes. Y tenemos color. Mucho color y entonces que no nos vengan con que “tenemos que tener una paleta definida” - infinitos colores pero a la vez, que nos reconozcan muy fácil.

Entre un mar de opciones, una por una, bateábamos cada propuesta de nombre. Todas quedaban chicas y no transmitían lo que queríamos. Hasta que un día, la propuesta fue YEMA. Esa misma tarde corrí a comprar todos los dominios antes de que hubiera un leak y nos aplicaran la de robarnos el nombre (sí pasa, se los prometo). YEMA respondía a lo que queríamos hacer y luego siguió todo el desarrollo de imagen. Los blobs y los primeros mockups de productos, las primeras fotos, el primer post en nuestro feed de Instagram y nuestra primera landing page. Llegaron más personas y se empezó a poner orden a nuestro manual de marca y a dejar un registro de cómo nos vemos. Y no es por presumir pero somos hermosos. Llevamos 3 años siendo hermosos.

Lo que sí, no terminamos de resolver el cómo hablamos y qué contamos. La agencia de branding se dió por  vencida y huyó. Me los imagino pensando “a esos no se les va a quitar lo confuso en mil años”. Entonces buscamos otra agencia y nos ayudó a definir un concepto que funcionaba: “YEMA: El primer súper consciente de México”. Simple, claro, eficaz. Pero, ¿cubre todo lo que queremos que cubra? Quizás no tanto. Ni modo, ya estábamos live, no había tiempo para ponernos pickies. Y al cabo que sí somos el primer súper consciente de México. Entonces sacamos varias campañas en torno a este concepto: Sería bueno, Mitos, Amarás hacer el súper, No cambies tú, cambia de súper, Mi nuevo súper, prueba algo diferente, etc.

Pero pienso, cualquier momento es un buen momento para tomar distancia y analizar lo que estamos haciendo. Pero claro, nunca es fácil encontrar ese buen momento. La ch*nga (niños tápense los oídos) del día a día no nos deja hacerlo, ni de broma. Pero hace algunos meses empezamos a trabajar con Sebastián Quiroz para preguntarnos si realmente estamos diciendo lo que estamos haciendo y haciendo lo que estamos diciendo. En fin, concluimos que la misión en la vida de YEMA no es ser el primer súper consciente de México. Empezamos entonces una buena nueva ronda de idas y venidas; esta vez con el toque italiano y muy brand aware de una de nuestras colaboradoras para encontrar un modo chido para resumir, aclarar y comunicar nuestra misión. La misión de YEMA es procurar el bienestar para tod@s.

¡Seguimos creciendo por ti y para ti!

¡Seguimos creciendo por ti y para ti!

Aún nos queda un largo camino por recorrer (un camino de más/menos, 120 millones de personas ) pero es para eso que trabajamos todos los días. Queremos que México entero ame cuidarse y cuidar del planeta, que se le haga fácil, disfrutable, pagable, chido y antojable. Pero, ¿cómo lo comunicamos hacia afuera, de manera fácil, clara y que suene bien? Ya empezamos con la primera campaña que va en este sentido y seguramente has podido ver en nuestras tiendas o redes sociales. Como estas comunicaciones, se vienen varias que irás descubriendo poco a poco. Nos encanta por muchas razones, en particular porque los artes que trabajó la ilustradora tapatía (nada que hacerle, no solo tienen gran mano pal tequila por allá) Mariana de Alba están chidísimos y porque el tono en general es relajado, claro y amigable. Y también porque tiene una frase que expresa lo que tenemos, de manera tan enmarañada en nuestra cabeza: De bueno, todo. Porque sí, YEMA tiene de bueno sus productos y sus precios y su experiencia cliente y su website y su tienda física y su imagen y su logística.

Esperamos que les guste tanto como a nosotros, yo mientras tanto, en este día cualquiera estoy feliz de haber vuelto a hurgar entre mis papeles del 2019 y darme cuenta de que, aunque no siempre hayamos sabido comunicarlo, hemos sido fieles a lo que queremos hacer.