¿Es necesario lavarse el cabello diario?
En México más que en ningún otro lugar
En 2017 se realizó una encuesta a nivel mundial acerca de la frecuencia con la que la gente se baña. Los mexicanos, para variar, salimos en primer lugar. Y cuándo no, ¿verdad? Resulta que, en México, el 75.3% de la gente se baña todos los días. Y a pesar de que nunca está de más quedar en primer lugar, vale la pena preguntarse: ¿qué tan seguido deberíamos bañarnos? Pero, sobre todo, ¿cada cuánto nos deberíamos lavar el pelo? La respuesta no es tan simple como parecería, hay que tomar en consideración cuatro factores principales: el tipo de tu piel, la textura de tu pelo, tu actividad física, y una parte biológica.
El estado y el tipo de cabello es fundamental
Hay diferentes tipos de piel: grasa, normal y seca; y a mayor cantidad de grasa en la piel, más sebo tendrás en el pelo, por lo tanto, mayor frecuencia de lavado. Para saber de qué tipo es la tuya hay de dos sopas: que te des cuenta con el tiempo (que, la verdad, no es tan fácil) o que vayas con tu dermatólogo de confianza y le preguntes, él debe saber, para eso está. Una vez determinado eso, ya podemos decir qué tanto te conviene lavarlo diario. Si tienes piel grasa, hazlo todos los días; si es más bien normal, lo recomendable es un par de veces por semana; y si es seca, todavía menos, ya que al lavar el pelo se remueve la grasa que ésta genera, dejándolo demasiado seco.
La textura de tu pelo tiene que ver directamente con qué tan rápido va de la raíz a las puntas el sebo generado por las glándulas sebáceas. En las personas con pelo chino tiende a bajar más lento, por lo que se recomienda lavarlo menos seguido. Esto es porque el sebo generado brinda humectación y evita que se deteriore, así que quitar lo poco que se genera hace que se seque demasiado, y no queremos eso.
Tu rutina y tu cuidado del cabello
En cuanto a la cuestión personal, de estilo de vida y rutina, el factor a considerar es la actividad física, i.e. qué tan ajetreado es nuestro día a día. Si nuestra chamba involucra ir a una oficina y estar sentados todo el rato viendo una pantalla, y encima no vamos al gym, lo más seguro es que no haga tanta falta lavarse el pelo diario. Si, por el contrario, estamos del tingo al tango toda la semana, corriendo, usando la bici, o trabajando con animales o sustancias peligrosas, sí se recomienda aumentar la periodicidad, incluso hacerlo diario, dependiendo cómo se sienta uno. La creencia general dicta que lo importante aquí es quitar la suciedad visible, el aceite generado y las bacterias, cuando, en realidad, lo que hay que remover es el sudor. Esto es muy importante, ya que, de no tratarlo como se debe, se nos puede irritar la piel o incluso desarrollar una infección bacteriana.
Debido a la cultura en que vivimos, donde se piensa que entre más nos bañemos, más sano estará nuestro cuerpo, tendemos a querer hacerlo tanto como se puede, cuando la realidad de las cosas no es necesariamente tanto así. El exceso de baño tiene sus repercusiones, créeme. La principal (además del desperdicio de agua) es que se puede remover una bacteria que beneficia nuestra piel. Hacer esto resultaría en una piel demasiado seca, infecciones, reacciones alérgicas, deterioro del sistema inmune, entre otras cosas.
¿El género influye?
Y last but not least, está la biología, bendita biología. Por ejemplo, el hecho de ser hombre o mujer también repercute en la frecuencia necesaria del lavado del cabello. Porque si bien es cierto que la piel de cada uno es única, la piel de un hombre en general es más gruesa, más grasa y envejece distinto a la de una mujer. Los hombres tienen más glándulas de ésas que generan sebo y por ende más poros, esto hace que la producción de sebo se duplique, resultando en una piel más grasa y propensa a imperfecciones que la de las mujeres. Y como vimos hace rato, a piel más grasa, mayor frecuencia de lavado; lo que quiere decir que los hombres se pueden (deben) lavar el pelo más seguido que las mujeres.
Por lo regular, nuestras actividades diarias nos impiden seguir una rutina adecuada a nuestro tipo de piel. Yo, por ejemplo, tengo el pelo chino, piel grasa y hago mucho ejercicio, por lo que me encuentro en una encrucijada higiénica y dermatológica: por mi tipo de pelo, debería lavarlo con poca frecuencia; pero por mi tipo de piel y nivel de actividad, lo debería de hacer con mucha. Para solucionar esto, lo que terminé haciendo fue implementar el famoso método de Prueba y Error con diferentes rutinas; es decir, irle midiendo cómo me sentía con una vez al día, cada tercero, dos veces a la semana y así. ¿Me explico? Pruébalo tú también y date cuenta de los cambios en textura, color, brillo y manejabilidad. Adicional a esto, no dudes en consultar a tu dermatólogo de confianza, porque, repito, para eso está. Mientras, toma en cuenta estos tips para encaminarte a la rutina que más te convenga.
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Si quieres leer más del tema, puedes revisar las fuentes en las que me apoyé:
Por Carla Valdes
Equipo de desarrollo de producto
Publicado el martes 31 dic 2019